La vi entrar en la estación... como casi todos los días, carpeta en mano, auriculares en sus oidos y la mirada perdida. Caminando despacio, pocas veces con prisa, parecía darle igual perder el tren... porque sabía que otro vendría.
Al entrar en el vagón inspeccionó la zona, caminó entre la gente y se sentó al final, bajó la cabeza y cerró los ojos.
Parecía como sino escuchase el bullicio que había a su alrededor y pese a que cada vez había más gente ella no se imutó, siguió con la mirada perdida... no me hizo falta observarla mucho más, pasados unos minutos las lágrimas se deslizaban por sus mejillas...
A pocos metros un chico de ojos oscuros y pelo revuelto la miraba, observando como, a pesar de estar rodeada de gente, ella no paraba de llorar en silencio.
Se le acercó, se agachó a su lado y le ofreció un pañuelo, ella levantó los ojos y le dio las gracias con una simple mirada, él sonrió y se sentó junto a ella.
No hubo palabras por parte de ninguno, ella continuó con la mirada perdida seguramente pensando en lo ridicula que debía parecer...; él continuó observandola, sabiendo que no podía hacer mucho más...
Siguiente parada, ella se levantó y observó al chico que seguía sentado en el suelo mirandola. Las puertas de abrieron y ella bajó y comenzó a caminar, se giró y vio al chico de pie junto a las puertas que, en ese momento, se cerraban. Ella se sintió estúpida, no había sido capaz de decirle ni una sola palabra. Él volvió a sonreirle hasta que el tren se alejó por el túnel...
Ella observó el pañuelo que le había dado, y sonrió sin darse cuenta... se sentía un poco mejor.
-Sadalsuud-.
