12 mar 2007

...MoLiEnDo CaFé...



De niña, uno de mis juguetes favoritos era un molinillo de café que tenía en la casa del pueblo, me pasaba las horas gira que gira la manivela mientras molía los granos...Tan rudimentario invento se convertía a mis ojos en un elemento mágico que podía cambiar el estado de las cosas a base de darle vueltas y más vueltas...¿Será por eso que hoy en día le doy tantas vueltas a las cosas?...¿Seré un molinillo de pensamientos?Podía pasar horas y horas dando vueltas a los granos de café y a mis sueños sin cansarme. Me sentía como un especie de bruja dándole vueltas a su caldero, una hechicera, un hada de cuento capaz de convertir el grano en polvo. Disfrutaba al abrir el cajoncillo pues, en su interior, encontraba la labor de mi trabajo, mi recompensa era un tesoro de polvo marrón con un exquisito aroma que se expandía por toda la estancia, aroma que siempre asocio al hogar, a algo cálido y placentero.Ahora de mayor disfruto igualmente con el café, gira que gira la cucharilla en mi taza, mientras se eleva el aroma hasta ocupar todos mis sentidos y vuelvo a ser niña...

-sadalsuud-

1 comentario:

Bax dijo...

Quizá también ahora podamos disfrutar del resultado de nuestro trabajo después de darle tantas vueltas a las cosas, y disfrutar del familiar y agradable aroma de aquello en lo que hemos puesto tanto empeño. Dicen que algunos humanos lo consiguen... de vez en cuando.