El día se derpertó despejado, y sudando por todos los rincones... el verano va haciendo su presencia, y cuando queramos darnos cuenta estar bajo el sol será misión imposible.
Pero como en otras muchas situaciones, el tiempo te da una tregua, el cielo se llena de nubarrones negros, un viento molesto y bochornoso cubre el ambiente y unas gruesas gotas de lluvia tapan el suelo...entonces te da por pensar, que estas tormentas veraniegas son como los cambios inesperados que suceden cualquier día, sin esperarlo.
No sé muy bien porque no me gustan las tormentas... cuando era pequeña me metía debajo de las sábanas y no asomaba ni la punta de la nariz.
Ahora, ya me siento mayorcita para eso, incluso hay momentos en los que me gusta demasiado ver llover...pero sin tormenta claro.
He llegado a la conclusión, de que no me gustan los cambios, y mucho menos si son repentinos; creo que ese es el motivo de intentar tener una explicación a mano, como quien tiene un as escondido en la manga. La verdad, que pocas cartas me quedan por jugar... y mucho menos encuentro explicaciones a los cambios que se precipitan como las tormentas de verano.
La tranquilidad se ha convertido en uno de los requisitos fundamentales en mi día a día, por lo que considero la opción de volver a aquellos tiempos en los que me escondía debajo de las sábanas.
[todos mis recuerdos se deben reducir a los sueños...]
Pero como en otras muchas situaciones, el tiempo te da una tregua, el cielo se llena de nubarrones negros, un viento molesto y bochornoso cubre el ambiente y unas gruesas gotas de lluvia tapan el suelo...entonces te da por pensar, que estas tormentas veraniegas son como los cambios inesperados que suceden cualquier día, sin esperarlo.
No sé muy bien porque no me gustan las tormentas... cuando era pequeña me metía debajo de las sábanas y no asomaba ni la punta de la nariz.
Ahora, ya me siento mayorcita para eso, incluso hay momentos en los que me gusta demasiado ver llover...pero sin tormenta claro.
He llegado a la conclusión, de que no me gustan los cambios, y mucho menos si son repentinos; creo que ese es el motivo de intentar tener una explicación a mano, como quien tiene un as escondido en la manga. La verdad, que pocas cartas me quedan por jugar... y mucho menos encuentro explicaciones a los cambios que se precipitan como las tormentas de verano.
La tranquilidad se ha convertido en uno de los requisitos fundamentales en mi día a día, por lo que considero la opción de volver a aquellos tiempos en los que me escondía debajo de las sábanas.
[todos mis recuerdos se deben reducir a los sueños...]
-sadalsuud-.
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